13 de abril de 2020

SIT TIBI TERRA LEVIS, PILAR

Esta tarde ha emprendido un nuevo viaje nuestra socia en activo más longeva.
Le dedicamos esta sencilla semblanza y, con ella, transmitimos nuestras condolencias a su gran y querida familia.

<<La querida decana de nuestro pueblo, Pilar Murillo Baigorri, valdorbesa (Sansomain 1917- Barasoain 2020), llegó a Barasoain, recién casada, con apenas 25 años de edad. Junto a Eusebio Roldán, formó una numerosa familia, de 7 hijos (Juan José falleció siendo un niño).
En la Plaza de Santa María pasaron sus primeros años, donde forjaron una profunda y duradera amistad con la familia Arricibita.
Pilar, modista, cosía, mucho y bien. Enseñó labores a sus buenas vecinas y a su cuñada Petra y formaron siempre una gran piña. Entre hilos y dedales mezclaban confidencias, buen humor y también compartían los reveses de la vida.

En 1950, Pilar y Eusebio bajaron a la “Rochapea” barasoaindarra, donde ha pasado el resto de sus días, hasta su partida, esta tarde, a los 102 años de edad.
Nuevos vecinos y vecinas fueron hilvanando la vida de los Roldán-Murillo, encontrando la alegría e ingenio de Conce o las numerosas anécdotas acumuladas por los “Juanetes”, tejiendo cordiales y extraordinarias relaciones de vecindario de las que Pilar tanto disfrutó.

Con la apertura de la S.C.D.R. Valdorba, en 1979, Pilar comenzó a salir, descubriendo nuevas amistades y disfrutando colaborativa y participativamente.
Ávida lectora, de literatura y de prensa, se fue adaptando a las nuevas tecnologías siendo inseparable de su e-book. Del mismo modo, seguía los debates políticos con sumo interés y no perdía el hilo de la actualidad, al igual que siempre se mostraba atenta a todas las actividades y al progreso y desarrollo de su pueblo.
Sobre su silla quedó por terminar “Las inquietudes de Shanti Andía” de Pío Baroja.

Las puertas de su casa siempre estaban dispuestas a recibir las visitas de vecinos y amigos y ella, con satisfacción, mostraba las labores que todavía realizaba, tejiendo a ganchillo o crochet maravillosas mantas de pach.
Rodeada siempre de sus hijas e hijos, la casa rebosaba de ambiente familiar, y más en los últimos años con la llegada de los tres biznietos.

Mujer discreta, fuerte, cariñosa y fina observadora, trabajadora infatigable, paciente y ferviente con las costumbres y festividades de su pueblo. Su fortaleza, hasta el fin de sus días, nos deja un recuerdo extraordinario como madre y como mujer.>>

Como dice Conchita: “la mejor madre del mundo”.



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